Antonio Palacios Ramilo, que nació en Porriño (Pontevedra), llegó a Madrid en 1892. Tenía dieciocho años, y se disponía a iniciar sus estudios en la Escuela Politécnica. Desde entonces hasta su muerte, que aconteció en nuestra ciudad en 1945, la vida del arquitecto estuvo ligada a la capital, para la que proyectó muchos de sus edificios más emblemáticos.
Por solo citar un ejemplo, diremos que el gallego, con su compañero Joaquín Otamendi, ganó el concurso convocado para la construcción del Palacio de Comunicaciones (a día de hoy conocido como Palacio de Cibeles) en 1904. En aquel momento ninguno de los dos había cumplido aún treinta años.
La última obra del genial arquitecto en nuestra ciudad fue el edificio del Banco Mercantil e Industrial, sito en la calle Alcalá 31 y actualmente sede de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Este edificio se inauguró en 1945, año en que murió nuestro protagonista.
Con el paso de los años, la ciudad de Madrid fue olvidando a uno de los hombres que más transformaron su imagen en la primera mitad del siglo pasado.
Tanto es así que hace unos años, cuando nuestra asociación, Madrid Que Te Vi, comenzó a realizar su visita guiada por “El Madrid de Antonio Palacios”, nos dimos cuenta de que este era un genio prácticamente desconocido para el gran público.
A esto contribuyó sin duda que el ayuntamiento de Madrid, jamás le ha puesto su nombre a ninguna calle o plaza, ni ha hecho esfuerzo alguno por dar a conocer la figura y la obra de este genial arquitecto.
Parece sin embargo, que setenta y nueve años después de su muerte, nuestro consistorio ha decidido sacarlo del olvido y, conmemorando el 150 aniversario de su nacimiento, ha organizado un conjunto de visitas, exposiciones y otros actos para homenajear a Palacios y divulgar su obra.
Da pena y envidia el diferente trato que Madrid y Barcelona han dado a sus dos grandes arquitectos: Palacios y Gaudí. Confiemos en que este año empiece a saldarse la deuda de la capital con su legado.
Desde aquí nos unimos a una petición que nuestro querido Álvaro Bonet, gran conocedor y divulgador de todo lo relativo a Palacios, ha formulado en varias ocasiones (y, desgraciadamente, sin éxito hasta ahora) al ayuntamiento madrileño:
Que ya que van desmantelar la “ballena” que cubre una de las entradas a la estación de metro de la Puerta del Sol, podrían recuperar el templete que Palacios situó en la misma y que fue retirado en el año 1950. Así además de homenajear a nuestro hombre, tal vez conseguirían que los madrileños le viéramos algo positivo a la enésima reforma de la plaza.
Entretanto, os invitamos a uniros a nuestras visitas y rutas sobre el arquitecto. Las más inmediatas son los días 17 y 21 de este mes de septiembre, a las once de la mañana.
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