Un paseo refrescante en estos días calurosos por los jardines del Campo del Moro.
Gestionados por Patrimonio Nacional, a diferencia de los jardines de Sabatini o de la Plaza de Oriente que son de gestión municipal. Adornan la fachada occidental del Palacio Real. La entrada principal está en el Paseo de la Virgen del Puerto pero desde hace poco también se puede acceder por la Cuesta de San Vicente o la Cuesta de la Vega, por la entrada a la Galería de las Colecciones Reales.
Los jardines fueron declarados lugar de interés histórico artístico en 1931, abriéndose al público en 1978 por deseo del rey emérito, Juan Carlos I. Las obras comenzaron en 1844 bajo las órdenes de Isabel II con el fin de embellecer el palacio, aunque ya hubo algún proyecto anterior de reorganización de estos terrenos. Tras un parón debido a la Revolución de La Gloriosa, que obligó a la familia real a exiliarse, fueron terminadas durante el reinado de la regente María Cristina de Habsburgo y Lorena a finales del siglo XIX. El origen de su nombre procede del siglo XIX, cuando se tiró de hechos históricos y se recurrió a un episodio en que un caudillo musulmán, Alí Ben Yusuf, acampó en este lugar en su intento de reconquistar en 1109 las tierras madrileñas en manos de los cristianos atacando el antiguo Alcázar.
Son unos jardines tranquilos, en los que descubres rincones con encanto durante el paseo. En ellos se da una curiosa mezcla de estilos de jardinería, que resultan de las diferentes épocas de su construcción: formalista francés y paisajista inglés. Además, conservan fuentes, árboles singulares, edificios y detalles que los hacen especiales y esconden muchos secretos e historias que podemos descubrir en una visita guiada en la que se combinan lo histórico con lo botánico. Un lugar idílico para hacer unas maravillosas fotografías en distintas épocas del años donde siempre hay alguna sorpresa que nos hace reír y disfrutar de tan fantástico lugar.
¡Seguimos charlando allí!
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