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Foto del escritorLucía Faller

Un "nuevo" Caravaggio en España

Actualizado: 13 sept




El sábado 14 de septiembre realizaremos una visita al Museo del Prado para ver el nuevo Caravaggio, que estará expuesto hasta febrero. Para completar la visita, veremos también otras obras que estuvieron influenciadas por el particular estilo del artista.


Michelangelo Merisi, apodado Caravaggio, nació en 1571. Formado en Milán y en Roma, bajo la estética manierista, pronto dio muestras de su personalidad, superando dicho estilo al realizar obras de tipo naturalista, abandonando toda idealización, con un realismo casi fotográfico, en las que la luz modula los volúmenes y el fondo se reduce a un plano neutro.

Sus obras religiosas se adaptaban a los principios de la Contrarreforma, que veía en sus personajes humanizados una forma de acercarse al pueblo, poniendo la santidad al alcance de cualquiera. Sin embargo, la ejecución de personajes vulgares, sucios, provocaron el rechazo de algunos de sus lienzos.


Esta obra salió a subasta hace tres años por 1500€ como pintura de un seguidor de José de Ribera. Sin embargo, el Museo del Prado advirtió al Ministerio de Cultura de la posible importancia de la obra, por lo que se imposibilitó la exportación de la misma y se declaró BIC. Gracias a los trabajos de restauración y estudios técnicos se atribuye de manera unánime por los expertos a Caravaggio. La obra se expone temporalmente en el Museo del Prado gracias al deseo de su nuevo propietario.

La pintura es de gran importancia, pues es una de las, aproximadamente, únicas 60 obras conocidas de Caravaggio que existen. En Madrid tenemos también otras dos pinturas: en el las Colecciones Reales Salomé con la cabeza del Bautista (que vino a España en el mismo barco que el Ecce Homo) y una Santa Bárbara en el Thyssen.


Conozcamos algo más de la vida del artista. Caravaggio es famoso por tener una vida turbulenta. Al parecer tenía un carácter difícil, apenas tenía amigos, y era bastante violento. Fue detenido hasta en 11 ocasiones, por insultos a soldados, difamación, robos, peleas con arma blanca… Una de las más famosas es cuando se enfadó porque no le sirvieron unas alcachofas como él quería, lanzándole el plato a la cara del mesonero e iniciando una pelea.

Finalmente, Caravaggio tuvo que abandonar Roma tras herir de muerte en 1606 a un hombre durante una disputa. Para evitar la pena de muerte que pesaría sobre él por este crimen, el pintor abandonó la ciudad en mayo de 1606 y se fue a Nápoles. Tras una exitosa serie de encargos, viajó a Malta en 1607 para convertirse en caballero de la orden de San Juan. Tras pasar algo más de un año en Malta, Caravaggio dejó la isla de improviso, quizá por haberse descubierto sus antecedentes criminales. De allí fue a Sicilia, y de nuevo a Nápoles, esperando recibir noticias de un posible indulto. Durante estos años turbulentos pintó el Ecce Homo. Muestra cómo su obra tardía evolucionó hacia un estilo más rápido y sintético que el de sus obras más tempranas, pero sin renunciar a la precisión en los detalles. 


¿Cuál es el tema de la obra?

Durante los días previos a su muerte en la cruz, conocidos como la Pasión, Cristo fue arrestado y sufrió torturas a manos de los soldados romanos. Tras flagelarlo, lo llevaron ante el gobernador romano de Judea, Poncio Pilato, quien lo presentó ante la multitud llevando una corona de espinas, una caña a modo de cetro y un manto púrpura que le habían colocado sus torturadores, para ridiculizarlo por haber afirmado que él era el rey de los judíos. Con las palabras “Aquí está el hombre” (“Ecce Homo”), Pilatos presentó esta lastimosa estampa al pueblo. Sin encontrar pruebas de los cargos contra Jesús, el gobernador romano pone su destino en manos de la multitud, que lo condena a morir con gritos que piden su crucifixión.

La figura más cercana al espectador, que se inclina sobre un murete, es Pilatos, quien parece abrumado por la indecisión. Con la iluminación contrastada característica del estilo de Caravaggio, Cristo, sufriendo y resignado, ocupa el centro de la composición. Detrás, quien podría ser un soldado o sirviente de Pilatos, con la boca abierta, quizás bociferando igual que el pueblo.

En cuanto a composición, el grupo se organiza entorno a la línea diagonal, algo habitual en el arte barroco: por una parte las cabezas de las tres figuras, y de forma paralela la vara. Doliente y resignado, Cristo queda en el centro de este grupo compacto, ocupando el plano en una línea diagonal replicada por el cetro de caña. El soldado surge detrás de Cristo con la boca abierta, quizá gritando a la multitud, subrayando el sentido dramático y vacilante del momento.


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